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“Hay que rodearse de la mejor gente”: presidente de Nestlé

Javier Texidó dirige la sucursal en Colombia de la multinacional de alimentos más grande del mundo. Transparencia y respeto, en la columna vertebral de su operación.

¿Cómo se lidera en una compañía que llega a los 150 años?

Hay que liderar con una gran visión de largo plazo; aquí nada es a corto plazo, no son compromisos de pocos meses. Y eso es un compromiso con nuestros consumidores, con nuestros clientes y con los países en los que estamos. Celebramos 150 años y en Colombia llevamos más de 70.

Entonces, ¿cómo lidera la multinacional en Colombia?

Basamos toda nuestra estrategia en nutrición, salud y bienestar. Ese es el compromiso del que hablo con los consumidores. Y ese es un elemento que se conjuga de manera muy compenetrada con la innovación. La buscamos en todas las categorías en que estamos; creando productos nuevos, con nuevos ingredientes; ofreciendo un mejor servicio.

¿Qué tan difícil es llevar las riendas de la productora de alimentos más grande del mundo?

El reto es no caer en la autocomplacencia. Tenemos marcas líder como Milo, Nescafé, Maggi y La Lechera, entre otras, y trabajamos en motivar a los equipos para que sigan trabajando en esa innovación, en esa novedad que siempre nos ponga un pasito adelante de la competencia. Nuestro objetivo son los consumidores; ellos son nuestra obsesión.

Ustedes están en 8 de cada 10 hogares colombianos, ¿qué hay que hacer para llegar al 10?

No podemos pensar que, porque tenemos marcas fuertes y productos que son muy bien aceptados por el consumidor, que ya tenemos el trabajo hecho. Hay marcas muy fuertes de la competencia y lo que tenemos que buscar es, como ya dije, ir un paso más allá, ir más lejos, innovar y cumplir con nutrición, salud y bienestar.

¿Qué le ha dejado hacer carrera en esta empresa pero en diferentes países?

Estoy cumpliendo 24 años en Nestlé este año: toda mi carrera. A pesar de que lo he hecho en una sola, lo he sentido como si fueran varias, por las culturas diferentes, con clientes y consumidores diferentes. Esa es una de las riquezas de esta compañía, te facilita o te permite poder renovarte, conocer cosas nuevas con cierta frecuencia. Empecé mi carrera en España; me movía a Puerto Rico, República Dominicana, Cuba, Francia y hoy en día Colombia. Seguramente, este no será mi último destino. Eso te mantiene despierto, hay cosas nuevas y experiencias que se traen para aplicar. Pero lo que está por conocerse es lo que le mantiene a uno la llama viva.

Las escuelas de negocios hablan de modelos. ¿Cuál es su modelo de liderazgo?

Hay que rodearse de la mejor gente. Si es mejor que uno y más experta que uno, todavía mejor. Luego, como elementos fundamentales, a mí me gusta mucho la transparencia, decirse las cosas tal cual son pero dentro de un ámbito de respeto y cordialidad. La única forma de correr las cosas como queremos es diciéndolo. Y luego simplicidad. Hacemos muchas cosas de diferentes formas y complicadas. Seguramente, si hiciéramos cosas más simples, podríamos hacerlas mejor. Mi lema es que menos es más. Hacer menos cosas con más foco, más recursos, eso, finalmente, está probado, da resultado. Eso nos ha llevado a tener éxito.

¿Cuáles son los valores que deberían tener los empresarios para que las compañías no pierdan su norte?

En Nestlé tenemos principios de liderazgo, pero son muy largos; sin embargo, si puedo elegir un valor, ese es el respeto, y ese, en el sentido amplio quiere decir: hacia adentro, respeto a los colaboradores, y eso lo pueden destacar los que son y lo han sido. Y respeto hacia afuera, por las normas del país donde trabajamos, de las normas establecidas. Eso es lo fundamental, con una visión de largo plazo. Si no se cumple y no se practica el respeto, difícilmente se pueden cumplir 150 años.

¿Cómo identifica un buen líder en su equipo de trabajo?

Hay que dedicar tiempo a la gente, y eso no es solamente charlar con ellos: es observarlos, escuchar qué se dice de ellos, ver cómo se manejan en diferentes situaciones para poder identificar si tienen el perfil o no dentro de un equipo. Eso es lo fundamental: dedicar tiempo y tenerlo como una prioridad. Cuando ya tienen cierto nivel en una empresa, uno poco hace directamente, lo hacen los demás. La labor de uno es seleccionar esas personas que realmente van a hacer el trabajo, de si lo van a hacer bien, antes de pensar que uno pueda saber todo o pueda tener respuesta a todo, o ser el ejemplo para todo, que es imposible. Se puede en algunas áreas, pero ni de lejos en todo. Entonces, hay que ver esos perfiles, no sólo porque son buenos en lo técnico, sino también porque son buenos cooperando con los demás. Le digo a mi gente: no necesariamente debemos tener los mejores, pero sí los que más cooperan, porque esto es como el fútbol. Solos hacemos poco. Si tienes uno de los mejores en el equipo, no necesariamente el mejor, lo importante es que pueda trabajar en equipo.

Le pregunté a un competidor suyo: ¿ser buen líder es ser buen vendedor?

Yo creo que sí, no sólo de productos, sino también de proyectos, de ideas, de una visión, de los valores, de convencer al equipo de que la cooperación es determinante y va más allá del éxito individual, de cumplir con objetivos. Ser vendedor es una cualidad de un buen líder.

¿Qué consejos y recomendaciones les da a quienes se están haciendo líderes?

Hay que ser auténtico. No puede pretender ser aquello que no es. Eso es lo primero. Lo segundo es transparencia, decirse las cosas tal cual son para poder seguir avanzando. Y luego tener una visión de largo plazo. Si no es así, ante las primeras dificultades, dejarán de operar. Incluso un empleado debe tener una visión de largo plazo, tener presente a dónde quiere llegar y cómo está construyendo su carrera. En Nestlé, a pesar de que tenemos una estructura bastante sólida en recursos humanos, lo que decimos siempre a cada colaborador es: cada uno de nosotros forja su carrera. No esperes a que recursos humanos te dirija la carrera, debes ser tú; así que uno mismo debe tener su visión de largo plazo, de una forma sincera con sí mismo y desde ahí dar los pasos. Y asegurarme siempre de que esos pasos van en esa dirección.

Fuente: http://www.elespectador.com/