Medir y dar seguimiento continuo son 2 elementos clave para que un negocio tenga éxito. Pero no sólo un negocio desde el aspecto financiero, humano y logístico sino desde el aspecto de la marca, de nuestra marca y cómo se desempeña allá fuera en el mercado frente a las demás.
Para medir este y otro tipo de elementos de una marca, la investigación de mercados tiene una amplia gama de metodologías que sirven a los encargados de gestionar y crecer una marca. Una de estas técnicas se conoce como Brand Tracking o rastreador de marca (quedémonos con el anglicismo ya que se utiliza más en la industria de la mercadotecnia).
Esta metodología cuantitativa nos permite medir atributos específicos de una marca, como puede ser nuestra marca vs un set de competidores, en un periodo específico de tiempo, lo que facilita entender cómo es percibida la marca (o si es percibida) frente a una muestra representativa de nuestros consumidores meta lo que permite hacer cambios a nivel de comunicación de marca, canales de distribución, resellers y hasta las redes sociales mejor calificadas entre nuestros clientes objetivo.
Hacer Brand Tracking implica el uso de datos y no siempre provienen de la misma fuente por tipo de cliente objetivo. Por ejemplo, si nuestro producto son verduras enlatadas, nuestra base de consumidores tiene que ser B2C (business to consumer), lo que implica que tienen un perfil psicográfico, demográfico, etnográfico específico que si bien puede caer en el mismo de otro producto como los consumidores de pan blanco, es clave que los perfilamientos para el diseño de una investigación de este tipo estén realizados en conjunto con las áreas de ventas, marketing, finanzas, logística y operaciones.
Utilizar datos preexistentes internos como datos de clientes, ventas, ticket promedio por tienda, cuota de mercado, elasticidad de precios, entrega un tipo de información más de tipo “business intelligence” que de tipo “market research” pero es también sumamente importante para la fijación de precios y un posterior levantamiento externo. El Brand Tracking también se puede hacer sobre el comportamiento de los usuarios en internet, analizando el tráfico, clics en páginas, tipos de búsquedas en plataformas, etc. Para este tipo de Brand Tracking, plataformas como Semrush son muy útiles.
El tipo de Brand Tracking que complementa (y en ocasiones es el más útil) es el que está basado en la investigación de mercados en campo con una muestra representativa a la cual se le aplican cuestionarios breves (10 a 15 preguntas), donde obtenemos de las encuestas información valiosa sobre percepción, uso, conocimiento espontáneo y ayudado, opinión y comportamiento.
Este Brand Tracking que puede hacerse hasta 4 veces al año, nos ayuda en muchos aspectos del manejo de la marca, del negocio y de nuestra atención y comunicación con nuestros clientes. Hacer un Tracking bien hecho implica escuchar lo que no muchos quieren escuchar: que nuestra marca o negocio es considerado inepto en el set de consideración de nuestros clientes meta o peor aun, ni siquiera nos conocen. Pero no acaba el mundo, es un gran punto de partida para diseñar comunicación, marketing y robustecer nuestro negocio para satisfacer esas necesidades asociadas a las marcas que conocen los diferentes segmentos a los que vamos dirigidos.
Esta medición nos ayuda a mejorar nuestros productos y servicios de acuerdo con las necesidades y deseos de los clientes; muchas marcas tienen un gran producto pero un servicio al cliente pésimo que resta atractivo a los clientes. A veces hay que escuchar lo que no queremos escuchar para mejorar.
Finalmente, podremos identificar quienes de nuestros competidores se sitúan por encima de nosotros y alrededor de qué atributos. El identificar si una marca cumple, supera o no cumple con las expectativas es crítico para cambiar de rumbo el barco a tiempo antes de que se conviertan en problemas que inevitablemente lleven a la ruina a la marca y el negocio a una quiebra.
Fuente: https://www.marketingdirecto.com