Asociación Nacional de Anunciantes de Colombia
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Bogotá, Colombia

Alpina, ejemplo que inspira a reducir desperdicio de alimentos

27 Abril, 2015

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Mientras 1.000 millones de personas pasan hambre en el mundo, el planeta se da el lujo de perder o desperdiciar un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano. La cifra de alimentos “tirados a la basura” es tan alta, que la FAO calcula que bastaría recuperar la mitad de este volumen para alimentar a todo el planeta.

En Colombia no hay cifras consolidadas sobre el monto de las pérdidas y desperdicios de alimentos. Sin embargo, una idea de lo que está sucediendo se encuentra en un estudio de 2012 de la Asociación de Bancos de Alimentos (Abaco), el cual mostró que tan solo en la poscosecha se pierden 1.400.000 toneladas de frutas y verduras.

 

 

La pérdida y el desperdicio son un problema de todos. Agricultores, ganaderos, industriales, transportadores, consumidores y gobierno, tienen su cuota de responsabilidad en derrochar no solo los alimentos, sino los recursos no renovables utilizados en su fabricación, como el agua y la energía.

Por eso, la decisión de Alpina de crear la primera iniciativa del sector de alimentos en Colombia que busca disminuir las pérdidas y desperdicios de alimentos, es un ejemplo de sostenibilidad que está siendo documentado por la Universidad de los Andes, y que se convertirá en un referente de buenas prácticas para la industria y los anunciantes del país.

“En Alpina entendemos la sostenibilidad como una forma de hacer negocios y como una serie de acciones y decisiones que día a día tomamos, cuidando el impacto y el valor que generan. Siendo una organización dedicada a la nutrición y la promoción de hábitos de vida saludables y conscientes de estar en un país que, si bien ha avanzado en términos de reducción de pobreza y pobreza extrema aún sigue presentando altos índices de inequidad, nuestra contribución a la reducción de dicha inequidad es vía seguridad alimentaria”, explica Cristina de la Vega, directora ejecutiva de Alpina.

Buen Provecho

La decisión de iniciar Buen Provecho, como se llama la campaña, se tomó en 2014 a raíz de la publicación por primera vez de los índices de pérdidas y desperdicio de alimentos, por parte de la FAO, Save Food y el Banco Mundial. La magnitud de las cifras hizo que Alpina decidiera ir más allá de su compromiso de alimentar saludablemente desde los productos que lanza y comercializa, para entender medir y reducir aquella porción de alimentos que no logran llegar a ser consumidos en el mercado, bien sea porque se quedan en alguna parte de la cadena productiva o se deterioran en el transporte y manipulación hacia los clientes o se vencen en las góndolas.

La primera fase contempló la recuperación y donación de productos aptos para el consumo humano con vidas útiles menores a 7 días para mejorar la nutrición de poblaciones en estado de inseguridad alimentaria.

La segunda se ha centrado en llevar los desperdicios a sus mínimos posibles. Para ello, se están enfocando en la optimización de la logística de reversa (manejo adecuado de producto que devuelven los clientes y distribuidores y que aún puede ser consumido) y en la prevención de daños en los productos.

En estos frentes existen múltiples iniciativas que van desde la revisión de los materiales de los empaques que los hagan más resistentes a la manipulación; la revisión y mejoramiento de procesos de manufactura y calidad que eviten que haya pérdidas durante la fabricación, hasta alianzas con cadenas de supermercados para potencializar la recuperación de productos. La meta es reducir las pérdidas y desperdicios en la logística de inversa en más de un 10%.

El camino que está recorriendo Alpina debería llevar a otras empresas, al gobierno y a la sociedad a actuar para reducir la pérdida y desperdicio de alimentos en Colombia, un país en el que el 42% de los colombianos se alimenta mal, deja de lado una de las tres comidas diarias y por ende no tiene el complemento calórico necesario para cumplir con las tareas básicas, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Situación Nutricional. Un reto para los programas de responsabilidad social y sostenibilidad del sector de alimentos y el comercio en el país.

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